Ahora sí, ahora no, sin motivo alguno aparente. Noches en vela, sin poder dormir, mirando por la ventana las luces de la ciudad, pensar y pensar y no querer pensar y querer dejar de pensar y pensar que mañana hay que madrugar. Por más que se piensa, no se llega a ningún lugar y encima no se puede pensar más.
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